Necesitamos profesionales motivados para avanzar en una medicina basada en el valor.
Entre las propuestas de mejora, resalta la necesidad de dar pasos firmes hacia una medicina personalizada dentro de las áreas de gestión e Introducir a los pacientes en los órganos de decisión.
El Foro Sanidad, Medicina y Ciudadanía 2019 reunirá los días 17 y 18 de Octubre, en el Colegio de Médicos de Navarra, a ministros, consejeros, gestores sanitarios, expertos en gestión para debatir sobre los retos de nuestro Sistema Nacional de Salud. En esta línea, el Dr. Alberto Lafuente, vicepresidente primero del Colegio de Médicos de Navarra y coordinador del Foro, aporta 20 claves para mejorar un sistema sanitario que define como “fragmentado y necesitado de profesionales motivados para avanzar en una medicina basada en el valor, que busque la mejora continua, y la innovación y adaptación a las necesidades actuales”.
Bajo la premisa de un sistema sanitario centrado en las personas y fundamentado en la equidad, sostenibilidad y una atención al paciente de calidad y segura, el Dr. Lafuente destaca que los retos principales son: profesionalización de la gestión, cronicidad, atención comunitaria y prevención, medicina basada en el valor, autogestión y motivación de los profesionales, planificación en la renovación de la obsolescencia tecnológica, control del gasto farmacéutico, trabajo en red, homogenización de los sistemas de apoyo informático, análisis demográfico para ajustar necesidades de personal, máxima transparencia …
El Foro va a ser, sin duda, un espacio privilegiado para ello.
¿A qué retos nos enfrentamos? 20 claves para el cambio.
- Nuestro Sistema Nacional de Salud necesita grandes cambios, pero para ello es necesario el conocimiento real de la situación y el consenso de todos los actores. Debe estar centrado en las personas y fundamentarse en la equidad, sostenibilidad y una atención de calidad y segura.
- Es necesaria la profesionalización de la gestión, asumiendo los resultados y actuando en función de ello. Hay que evitar el electoralismo en la gestión sanitaria. En definitiva, hay que hacer la gestión más clínica y la clínica más gestión.
- Asegurar la ética en la gestión, tanto en los modelos de compras y abastecimiento como en la organización de personas y estructuras. Debemos entender que la buena gestión, debe estar ligado siempre a la ética, para poder asegurar el bien común, la equidad y sostenibilidad del sistema.
- Apuesta real por la cronicidad. El paciente debe ser tratado de forma integral y con circuitos específicos. El tratamiento debe ser integral e integrado. La Atención Primaria debe ser el pivote de este paciente.
- Uno de los grandes retos que se plantea en nuestra sanidad es la continuidad asistencial, evitándola compartimentalidad de nuestras especialidades. Se deben crear áreas o unidades funcionales de conocimiento, donde el paciente pueda ser tratado de forma multidisciplinar y se apoyen en el ámbito sociosanitario. La gestión clínica debe ser una herramienta de mejora y potencialidad de la continuidad y calidad del sistema público.
- Potenciar la Atención Primaria, con más responsabilidad y estructura. Debe de ser el centro del sistema, impulsando la atención comunitaria. Se deberá dotar de más medios, pero también de nuevas formas de organización, que faciliten y ordenen la entrada y acceso de los pacientes y su atención posterior.
- Implantar la medicina basada en el valor, buscando acciones coste efectivas y con la mayor evidencia posible, teniendo en cuenta las circunstancias de las personas, al igual que sus valores y necesidades.
- Aumentar la capacidad de autogestión de los profesionales, dándoles herramientas para la mejora de los resultados y adaptación a las necesidades reales de los pacientes.
- No se puede olvidar que el sistema sanitario lo forman las personas. Debemos trabajar, de forma integrada con las instituciones, sus motivaciones intrínsecas y extrínsecas. Necesitamos profesionales motivados para avanzar en una medicina basada en el valor, que busque la mejora continua, y la innovación y adaptación a las necesidades actuales.
- Planificar de forma adecuada la renovación de la obsolescencia, ser capaz de desinvertir según añadimos nuevas tecnologías, siempre siendo conscientes del valor que aportan a nuestros pacientes.
- Control del gasto farmacéutico, potenciando los genéricos y biosimilares. Introduciendo herramientas de gestión clínica para desmedicalizar a los pacientes.
- Potenciar el trabajo en red con otras instituciones sanitarias, académicas… para conseguir acercarnos más al paciente. Aumentar la innovación de las TICs, consiguiendo que sea el propio paciente, acompañado de los profesionales, el que se responsabilice de su proceso.
- Potenciar la gestión directa como valor fundamental. La concertación debe ser bajo la lupa de la transparencia y con la valoración adecuada de los indicadores de proceso y resultado. Debe estar envuelto en un proceso ético y de calidad.
- Homogenizar los sistemas de apoyo informático para que el paciente tenga toda la información en los diferentes niveles del sistema y se pueda compartir. Facilitar un sistema de análisis de costes bien estructurado para ser capaces de conocer el coste de nuestras acciones.
- Apostar por la prevención y las políticas de salud dentro de cada institución, sabiendo que el 75% de los condicionantes de salud están en los ámbitos generales de la sociedad. Promover la educación para la salud.
- Ajustar y modificar el sistema sanitario, dándole la personalidad jurídica necesaria para ajustarse a las necesidades de la sanidad, entendiendo la alta variabilidad del sistema y el elevado presupuesto que se invierte en el mismo.
- Análisis demográfico del personal sanitario para adecuar el futuro a las necesidades reales de nuestros pacientes y poder conseguir ajustar el personal específico a los retos a los que nos enfrentamos.
- Máxima transparencia en los sistemas de salud, añadiendo los indicadores estructurales, de proceso y también de resultado, pero interrelacionando acciones realizadas con resultados obtenidos. Debemos avanzar en la calidad de nuestra atención técnica y humana.
- Potenciar la innovación e investigación, sabiendo que además de añadir conocimiento a la Medicina, crea sentimientos de pertenencia y motivación a los profesionales. Dar pasos firmes hacia la medicina personalizada como una de las primeras líneas de trabajo dentro de las áreas de gestión.
- Introducir a los pacientes en los órganos de decisión para entender las necesidades reales. Avanzar en la identificación de resultados que realmente necesitan los pacientes y empoderarles en sus decisiones. Crear escuelas de pacientes.